A los restaurantes, enotecas y tiendas especializadas decirles que, como en otras ocasiones he dicho, existen otros mundos pero están en éste, porque si van a seguir ofreciendo a sus clientes toda la vida los mismos cavas de siempre (Gramona, Raventós i Blanc, etc.) que nadie niega su calidad, pero oye mi madre hace unas paellas estupendas y no por ello dejo de probar paellas en diferentes locales encontrándolas iguales o mejores que la de mi madre, pues lo dicho si siguen ofreciendo los mismos productos mal lo tienen el resto de bodegas elaboradoras de cava, porque hagan lo que hagan no van a ser reconocidas y peor lo tendrán los sufridos clientes que beberán toda la vida los mismos cavas sin enterarse de que existen otras opciones. En resumen, abramos un poco más la puerta para que entre la clase media que quiere formar parte de la clase alta, ésa es la clave de la evolución: la rotación y la competitividad, sin esto caemos en la más absurda de las monotonías y estamos abocados al estancamiento y con ello nos pasará como con nuestros célebres Riojas de los años 80 y 90, que nos parecían buenísimos (y lo eran en ese momento) pero claro el mercado fue evolucionando y como eran tan buenos pues para qué probar cosas nuevas, y así nos fue cuando nos dimos cuenta estábamos completamente desfasados con respecto al resto del mundo haciendo reservas y grandes reservas de largas crianzas cuando en el resto del planeta se eliminaban las largas crianzas quitándole protagonismo a la madera y dándoselo a la fruta.
La evolución en el mundo del cava está llegando de la mano de bodegas innovadoras como Ferré i Catasús, de nosotros depende el abrir la puerta...