¿Quién dice que no hay vinos buenos, bonitos y baratos...?

Pues en este mundo que nos apasiona creedme que sí que existen los vinos buenos, bonitos y baratos. Antes  de dedicarme a la distribución el problema que me encontraba era poder disfrutar de buenos vinos a precios que me pudiera permitir como mileurista. Después de un montón de fiascos por fiarme de publicaciones que yo creía en mi ignorancia fiables e imparciales y que luego resultaron ser todo lo contrario, me di cuenta de que si quería beber buen vino tenía que buscarme la vida. Por mi trabajo, en el cual viajaba mucho por toda España, empecé a visitar bodegas de diferentes zonas, a probar sus vinos, a conocer a la gente...y llegué a la conclusión de que hacer un buen vino tiene su coste (claró está) pero no es normal que ciertas bodegas pongan unos precios astronómicos a sus vinos por el simple hecho de haber posicionado la marca anteriormente con otras elaboraciones, y más aún cuando bodegas vecinas elaboran vinos iguales o mejores en las mismas condiciones de elaboración, mismas uvas, misma crianza, mismos cuidados, pero con una salvedad, el vino se vende a mitad de precio. Entonces quiero lanzar una  pregunta: ¿Qué pagamos la gente de a pie, el vino o las campañas de márketing que han llevado a estas bodegas donde están? Yo personalmente prefiero pagar el vino, las campañas que se las paguen ellos.

Cuando empecé a trabajar en esto, y ya con conocimiento de causa, decidí hacer de esto mi filosofía y mi objetivo claro que no era otro que encontrar estas pequeñas joyas ocultas al gran público pero que evidentemente existen. Creedme que me está costando mucho y poco a poco intento ampliar mi joyero con nuevas adquisiciones. El 95 % de los vinos, cavas y licores que represento no sobrepasan los 10 euros, un 60 % no pasa de 6 euros y os puedo asegurar que te recompensan cada euro que inviertes en ellos. Sé que muchos pensarán (a lo mejor yo también lo haría) este tío como tiene una distribuidora dice que sus vinos son los mejores, sólo les puedo decir que respeto su opinión pero, ellos se lo pierden. Puedo decir que en el poco tiempo que llevo muchos de mis vinos que en un principio eran desechados por desconocimiento en ciertas tiendas y restaurantes, cuando los han probado han cambiado de opinión y hoy día forman parte de sus cartas, y ésa es mi mayor satisfacción, cada vez que una de mis pequeñas joyas entra a formar parte de la carta de vinos de algún restaurante, soy el hombre más feliz de la tierra...

Bueno no me enrollo más y para ilustrar un poco este artículo os presento una de mis pequeñas joyas. En esta ocasión se trata de un vino tinto de Rioja, su nombre: Aluén 14AF. Se trata de un vino con una crianza de 14 meses en barricas de roble americano y francés de como máximo 2 años que es una verdadera gozada. El enólogo, nada menos que Javier Sáenz de Santamaría, la materia prima, uvas tempranillo y graciano procedentes de cepas de baja producción de como mínimo 40 años de edad; el resultado, un vino que es fruta pura, la barrica sabes que está pero le cede todo el protagonismo a la fruta, uno de estos vinos que a los que nos gusta el vino nos gusta disfrutar tranquilamente e ir descubriéndolo poco a poco en la copa, ya que a medida que lo vamos tomando va evolucionando nos va transmitiendo cada vez más sensaciones, un vino para juguetear con él en la copa dada su complejidad. Pues nada un vino de esta calidad, con esa materia prima y esos cuidados puesto en el mercado de cualquier marca de las que todos conocemos imposible encontrarlo por menos de 30 ó 40 euros. A mi si queréis que os diga la verdad me da vergüenza decir lo que vale este vino, si alguien lo quiere saber que me mande un mail... Os dejo su ficha técnica para que comprobéis los cuidados en la elaboración que lleva...